Cuando hablamos de revolución, estamos especificando un cambio profundo, cambian las estructuras sociales, políticas, económicas, educativas, religiosas. La vida cotidiana se organiza detrás de los cambios. Cambia la manera de pensar, la manera de actuar, se observan progresos de diferentes tipos.
Desde que Antón y Fonta caminaron por la tierra, muchas revoluciones se dieron e hicieron la evolución de aquellos primates al hombre de hoy.
El fuego, la rueda, el arte rupestre, la agricultura, fueron hechos que revolucionaron a la humanidad. No escapa a éstos, cuando los primeros hombres comienzan a tener conciencia de su lugar en el universo, y, sentados alrededor del fuego, rodeados de dolmenes y menhires, comienzan a adorar a los astros. La necesidad de creer en algo frente a la superioridad universal se había hecho presente.
El hombre progresa, con él, crecen las ciudades y el politeismo.
¿Quién hace una revolución?, ¿quién hace la revolución????, evidentemente el hombre (ser social por naturaleza).
Hace 2011 años nació un hombre llamado Jesús, listo a hacer la gran revolución. Y, al hablar de Jesucristo, hablamos de:
_ monoteismo,
_ un Dios espiritual, bueno y justo,
_ amor a Dios,
_ amor al otro,
_ sentido divino del perdón,
_ revalorización de la vida,
_ cuidado del cuerpo, como morada del alma,
_ vida eterna, etc., etc.
¿Por qué esta reflexión?
Transitamos la cuaresma, vamos a la Semana Santa y a la Pascua de Resurección. Prefiero recordar la vida de Jesús por sus logros y no por sus padecimientos.
Una revolución se hace de a poco y en el tiempo, con la aceptación de la sociedad, que hace los cambios.
Transitamos el Siglo XXI, los índices que encontré en internet sobre religiones son más que elocuentes:
El gráfico refleja la existencia de cinco grandes grupos: Cristianismo...... 46 % Islamismo.......... 27% Hinduismo......... 18% Budismo............. 9% Judaismo............ 0% Consulté varias páginas, las cifras variaban un poco, también citaban un bajo porcentaje de ateos (2,4%), y de otras religiones. Me quedé con el gráfico por su claridad.
Volviendo al gran revolucionario, muchos fueron los mártires que dieron la vida por Jesús, muchos son los que a diario luchan y trabajan para que otros vivan y coman, para que tengan mejores condiciones de vida.
También muchos son los que encerrados en su egoísmo, sin creencia alguna, se cubren de una coraza y no tienden la mano, ...por vergüenza?, ...porque no saben?, ...por convicción?.
Vivimos en el planeta tierra, si no tomamos conciencia del amor al prójimo, de la solidaridad bien entendida, del cuidado del medio ambiente, de que no somos los únicos en el universo, vamos a seguir pensando que lo que nos pasa es un castigo de Dios.
Dios es bueno, es amor, es energía, por ende no castiga.
Es el hombre el motivador de desastres, cataclismos, enfermedades, etc.
El bien está en uno, el mal también. Está en cada uno elegir. Por suerte tenemos la opción de la elección. No interesa la creencia que uno tenga, si trabajamos y seguimos el camino del bien, nos acercamos a Dios. Claro todo es cuestión de ética. Lo que es bueno para uno, no lo es para otro.
Si matás, si robás, si agredís, si incendías, si mentís, si rompes, etc., intencionalmente, estás errando, estás malgastando tu energía positiva que te hace ser un buen y gran hombre, te estás alejando del bien.
El precepto más hermoso que nos enseñó Jesús es el amor al prójimo. Lo que en muchas religiones se traduce, ...no hagas lo que no te gusta que te hagan.
Reconozco que el muy difícil vivir como nos enseñó, no es imposible, vale la pena intentarlo, aunque tengamos qsue comenzar cada día.
La paciencia nos fortalece y el amor nos hace florecer.
Les deseo a todos mis amigos y a los que no son mis amigos (juntos podemos encontrar la verdad), una feliz pascua de resurrección. Dejen atrás el dolor, los rencores, sepan perdonar. Para perdonar, primero hay que saber perdonarse a uno mismo.
Dicen que, si Dios no perdonase, su paraíso quedaría vacío. ...nosotros somos parte de ese paraíso.