...puede ser un sueño
...puede ser la vida
(Al fin el encuentro)
Hace calor en el aeropuerto de Florianópolis, Damián se siente pegajoso, sentado con una botellita de agua en la mano, espera a su padre con mucho nerviosismo.
El avión de Pluna, procedente de Buenos Aires, que hizo escala en Montevideo, trae a Julio y está listo a aterrizar. Guarda su libro, sus gafas, ordena su bolso de mano. En realidad lleva muy poca ropa, lo necesario para pasar todo el día en la playa, unas ojotas, unas bermudas, unas cuantas remeras, mucho bronceador con protector y su infaltable gorrita.
Si!!, lo necesario para cambiarse a la tardecita y salir con su hijo a tomar algo fresco.
Julio baja del avión, retira su bolso, hace las presentaciones aduaneras correspondientes, y, al fin el encuentro.
Padre e hijo se funden en un fuerte y largo abrazo. La emoción los envuelve.
Damián llora como un niño, diciéndole,
…¿Por qué papá?, …te quiero, …te extrañé mucho.
Julio agradece ese instante tan deseado, el abrazo de su hijo, la fuerza del cariño. Se sentía tan recompensado. Pensaba, …”tan mal hombre no debo de haber sido para recibir este premio”.
Los días sucesivos, alternaron con playa, trabajo, almuerzos, cervecitas bien frías, cenas y mucha, pero mucha charla a la noche, sentados a la luz de la luna, acompañados por la música del mar y de los ritmos brasileños procedentes de las barracas cercanas.
¡Qué en paz se sentían ambos!, ¡cuánto habían crecido esos días!
Frente a frente se miraban, se reían, no hubo nada tácito, aunque sí un acuerdo del alma.
Habían logrado un gran diálogo, sin hablar.
El avión de Pluna, procedente de Buenos Aires, que hizo escala en Montevideo, trae a Julio y está listo a aterrizar. Guarda su libro, sus gafas, ordena su bolso de mano. En realidad lleva muy poca ropa, lo necesario para pasar todo el día en la playa, unas ojotas, unas bermudas, unas cuantas remeras, mucho bronceador con protector y su infaltable gorrita.
Si!!, lo necesario para cambiarse a la tardecita y salir con su hijo a tomar algo fresco.
Julio baja del avión, retira su bolso, hace las presentaciones aduaneras correspondientes, y, al fin el encuentro.
Padre e hijo se funden en un fuerte y largo abrazo. La emoción los envuelve.
Damián llora como un niño, diciéndole,
…¿Por qué papá?, …te quiero, …te extrañé mucho.
Julio agradece ese instante tan deseado, el abrazo de su hijo, la fuerza del cariño. Se sentía tan recompensado. Pensaba, …”tan mal hombre no debo de haber sido para recibir este premio”.
Los días sucesivos, alternaron con playa, trabajo, almuerzos, cervecitas bien frías, cenas y mucha, pero mucha charla a la noche, sentados a la luz de la luna, acompañados por la música del mar y de los ritmos brasileños procedentes de las barracas cercanas.
¡Qué en paz se sentían ambos!, ¡cuánto habían crecido esos días!
Frente a frente se miraban, se reían, no hubo nada tácito, aunque sí un acuerdo del alma.
Habían logrado un gran diálogo, sin hablar.
5 comentarios:
QUE COSA MÁS GRANDE SE HABIAN HABLADO SIN HABLARSE.
ME GUSTA MUCHO TU RELATO. BESOS Y ABRAZOS.
MONTSERRAT
Querida Norma: acabo de leer de un tirón tu pequeña novela. Me ha gustado mucho. Te felicito. Has probado alguna vez con cuentos infantiles? es que yó necesito tantos! Me podrias pasar alguno que sepas, porque te expresas muy bien.
Gracias por compartir.
No hacen falta las palabras para dialogar, a veces los ojos, los gestos, todo ello sirve para decir aquello que pensamos, muy bonito relato, además querida amiga has sabido ponernos en intriga y esperar pacientemente a este gran final.
Un abrazo muy fuerte
Gracias a las tres por estar. Posiblemente haga una entrega más para llegar a la esencia de la narración, no voy a decirlo por anticipado.
Montserrat te prometo que en los próximos días publico un cuento corto para niños. Si miras en mis entradas antiguas encontrarás dos.
Besos y muchos pero muchos a las tres.
Me encanta como escribes Norma, me uno a la petición, prueba con cuentos infantiles, te va a salir fenomenal.
Gracias por tu comentario en mi blog, Norma,
Claro que recuerdo la canción de roberto Carlos, creo que yo ya tengo ese millon, y si no son tantos, parece que lo seais, soy un privilegiado.
Besitos y feliz fin de semana.
Miguel
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www.asaltodemata.com
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