lunes, 15 de marzo de 2010

Pensaba en vacaciones









... Cómo me gustaba ir a la playa cuando era niña...
Los recuerdos de felicidad, hoy vienen a mí. Aún tengo en mis ojos los colores del sol cayendo en el horizonte del mar. Tengo la plena sensación de libertad de la brisa que corría en la costa, mientras hacíamos castillos de arena con mi papá.
... Vivíamos en una ciudad del Gran Buenos Aires, por aquella época no todas mis amigas y amigos tenían la suerte de salir de vacaciones. Papá trabajaba muy duro todo el año, necesitaba descansar, pero reconocía también el trabajo de mamá para ordenar la casa, tener lista la comida para poder ir a esperar a papá, todos los días, en la parada del colectivo. El egoísmo nunca fue el fuerte de él. Todos necesitábamos descansar.
... Fuimos de vacaciones a la laguna,... al río,... a las sierras,... a la playa.
... Cómo me gustaba ir a la playa cuando era niña...
La primera vez que conocí el mar, fuimos a Necochea. Me impresionó muchísimo la longitud de la playa, podíamos correr interminables carreras y así llegar al mar.
Todas las playas no eran iguales,... las del sur, que eran ventosas, nos atrapaban con las cuevas que hacía la furia del mar por la noche. Eran las famosas playas de los acantilados. Jugábamos con los nuevos amigos, del hotel donde nos hospedábamos, a ser expedicionario. La aventura estaba llena de misterio, papá nos ponía una consigna,... debíamos encontrar determinado tipo de conchilla adentro de las cuevas, era cómo una búsqueda de tesoro. Cómo nos reíamos cuando alguno se caía, u otro salía corriendo porque había escuchado un raro ruido, ruido por cierto que había realizado uno de los presentes por hacer una broma.
Otras veces, íbamos a un gran parque de pinos muy altos, donde se alquilaban caballos.
... Cómo me gustaba ir a la playa cuando era niña..., a corretear con el equino por esas playas tan ventosas, parecía que el viento me daba permiso para cabalgar a orilla del mar. El azabache también parecía feliz, ante la frescura del agua y el cascabel de la risa de la niña, que llevaba al galope sobre su lomo.
... Hoy, adulta, no puedo decir cuáles fueron mis mejores vacaciones, pero... cómo me gustaba ir a la playa cuando era una niña...













14 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hola querida amiga:

Hoy Nos has aportado tu bellos recuerdos.

Se te acercado tu niña interior a decirte que los conatras que los revivieras.
Aprendí en talleres psicología, lo importante que es querer a nuestra niña interior.
Cuando hay recuerdos bellos, como estos valela pena sacarlos, actualizarlos sentirlos. Es como volver a revivirlos.
Recibe un beso querida Norma,Montserrat

Higorca Gómez Carrasco dijo...

¡Dios mío Norma! ¡Como hecho en falta mi playa! ¡Mi mar Mediterráneo! Mis correrías por la arena, mis buceos por la costa brava, y por las Pitiusas, disfrutando de las maravillas de esas aguas y sus fondos, de esos horizontes amplios al atardecer cuando el cielo y el mar se juntan, cuando esta el día un poco nublado y toda el agua esta como fiel reflejo color plata ¡cuantas vivencias! mi hermano tendido en la arena para no levantarse nunca más, para no volver nunca a casa caminando, Norma no quiero evocar el mar, mis lágrimas corren por mi cara recordando tantas y tantas vivencias. Preciosas fotos las tuyas, por favor sigue escribiendo, no hace falta que me hagas comentarios a mí pero ese tiempo ganalo trayendo hasta aquí estas maravillosas historias de esa tu tierra tan querida por todos nosotros.
Besos

makistakis dijo...

¡¡¡¡¡¡Eeeeehhhhh, Norma, buena amiga ¿Qué ocurrió?, os presiento, “melancólica”.
No son malas ciertas añoranzas, las cuales al relatar, parecen poesías, pensadas, ¿serán tal vez eso?, o, Norma, aun somos jóvenes, nos quedan apenas unos años, para disfrutar de esta, naturaleza, sus paisajes y playas, YA, YA, ya se, los papas NO están entre nosotros, pero……, la vida continua Norma.
¿Por qué NO repetir o reproducir ciertos momentos vividos en niñez, o, juventud, incluso esto, hoy, con más intensidad y disfrute, al darnos mas cuenta de su valor.

Vaaaaa, amiga, aaaaaaaaaaa, la plaaaaaaaayaaaaaaaaaa, VA, tomando el sol, a la, playa va, de Benidorm, a la playa vaaaaaaaa, de……Necochea, (en tu caso) cada, mañaaaaaaana. Es el estribillo de una que se hizo famosa por aquí, de esas canciones de verano.
Besazos, amiga.

Norma dijo...

Gracias Montse, tú conoces muy bien mis pensamientos sobre la niña interior. La quiero mucho, la he abrazado y hablamos en nuestros encuentros. Evidentemente mi niña hoy extrañaba la playa, y bueno, allí fuímos. Muchos pero muchos besosssssssssssssssssssssssssss.

Norma dijo...

Hola Higor mi intención no es que tú te pongas mal extrañando el mar.Sé que tú como yo, amamos el agua, el río, el MARRRRRRRRRR. Voy a seguir escribiendo, je je je. Te quiero muchoooooooooooooooooooooo

Norma dijo...

Makis, soy romántica, dócil, alegre, amo todo lo que la naturaleza nos da. Amo la playa, quedarme horas frente al mar, pensando, mirando, escribiendo, siempre en silencio. Suerte que mi compañero es igual en estos gustos.
Gracias querido por leer mis pensamientos. Besossssssssssssssss

Daniel Espinoza dijo...

Que bella entrada has compartido con todos tus lectores, pero lo que más me gusta de la entrada es que hablas de tu vida y creo que son cosas que te hicieron muy feliz, actuas como María guardando cuidadosamente todo lo bueno, lo bello, lo santo y lo perfecto en tu corazón.

Gracias y que Dios te bendiga.

Norma dijo...

SCJM, me han hecho comentarios hermosos a lo largo de las entradas de este blog, nunca me han comparado con la Madre de Dios, eres muy generoso, me siento muy honrada, aunque, sinceramente, no le llego ni a la uña del dedo meñique del pie. Sabés lo que me falta, lo que tengo que crecer. Si, lo estoy haciendo.
Gracias, muchas gracias por tu maravilloso comentario. Un abrazo.

María Bote dijo...

Muy bello, Norma. te felicito
por tu texto en el que viertes una exquisita sensibilidad.
Un gusto leerte.
Besos. María.

Montserrat Sala dijo...

en mi juventud mas tierna i donde yó vivía, las vacaciones ni existian. Pero nos divertíamso mucho igualmente. Muchas horas en la calle pasear en bici, bañarnos en el rio con la panda.... etc.
Recuedo las vacccaciones que organizábamos mi marido i yó para los cinco. Teníamos autocaravana, i nos dedicabamso a viajar por toda Europa.
Fuéron años felices y provechosos. Algún dia hablaré largo de todo ello

Besos.

Norma dijo...

Gracias María por tu comentario y por tu regreso. Un abrazo.

Norma dijo...

Gracias Allek, entraré. Abrazos.

Norma dijo...

Qué bueno una casa rodante. Estoy ansiosa por leerte, si puedes escribe en español, me cuesta el catalán, ja ja ja. Abrazos para tí Montse II.

Anónimo dijo...

Con este escrito me trajiste muchos recuerdos de la infancia. Gracias.

Un fuerte abrazo para ti.