El barrio es nuestro lugar en el mundo.
Te acuerdas de cuando éramos niños, todo el mundo gozaba de las veredas, la gente se sentaba en la puerta de las casas a conversar con los buenos vecinos, los pequeños jugábamos, corríamos, andábamos en bicicleta sin peligro. Claro eran otras épocas.
Los comerciantes tampoco se quedaban atrás, había una libreta por la que te fiaban, la palabra tenía valor, la galletitas se vendían sueltas, siempre alguien te regalaba algo.
Todo cambió, los super e hipermercados fueron dándole otra categoría a las cosas y ni que hablar de los shoppings. Muchos negocios fueron cerrando pues no podían competir con semejantes monstruos comerciales.
En el recuerdo está ese mundo y se siente.
¿Y si volvemos a comprar en los locales del barrio?
¿Por qué lo haríamos?
- Porque cerca de casa encuentro lo que necesito.
- Porque me dedican tiempo y atención.
- Porque me brinda un mejor servicio cada día.
- Porque siempre encuentro algo original.
- Porque es comercio sano e independiente.
- Porque el espíritu emprendedor es pensamiento positivo.
- Porque hay menos ruido.
- Porque el tiempo pasa más despacio.
- Porque nos conocemos todos, hay servicio y confianza.
- Porque no está todo el mundo apurado.
Te podría dar infinidades de motivos para volver al barrio, lo importante es volver para ser más feliz, rescatando la capacidad de asombro que aún nos queda.
¡ Suerte !
21 comentarios:
Sí que sería bueno volver a muchas cosas buenas como es lo de comprar en el barrio, sea lo que sea, y volver a ser una gran familia como éramos antes, ahora carecemos de tiempo para charlar un poco con los vecinos, ir a la tienta y comprar medio kilo de galletas, o medio litro de aceite, todo esta tan cambiado que me parece que lo de antes jamás existió, pero a mí me gustaba aquel tiempo. Me ha encantado tu entrada. Un abrazo.
En mi barrio hay una pequeña tienda, la de don Pedro. En ella encuentro casi de todo, cuando no hay efectivo me anotan en el cuaderno y todavía venden galleticas sueltas.
Un abrazo.
Gracias Lola, gracias Rafael, a mí también me gustaría volver a esos viejos tiempos. Cariños a los dos.
Hola querida Norma.
Yo aún compro la carne en la carnicería de mi barrio.
Es cierto todo era más agradable pero sabes que pasa con las prisas que llevamos siempre.
Aunque ahora fíjate, con el dichoso paro quizá vuelvan cosas de antes.
Besos, Montserrat
¡Ay, amiga Norma! Yo siento una gran añoranza por esas vivencias del barrio, donde todo era cercano y gratificante.
Ojála volviéramos, mas también pienso que no se pude luchar contar el empuje de los tiempos y las nuevas formas de vida a las que ya están acxostrumbradas las nuevas generacines.
Besos
Hola Norma.
He repasado el anterior, y ahora paso a decirte que estoy de acuerdo, por esas razón y muchas más, si compro y me faltan unos céntimos, confian en que en la próxima vez lo primero que hago es dar aquellos céntimos, y si lo que compro pesa, al cerrar el pequeño establecimiento me lo traen a casa, está justo a la vuelta de la esquina.
Un abrazo.
Ambar
Norma, me ha encantado tu entrada, yo estoy ahora frecuentando las tiendecillas de mi barrio, porque ya hemos visto a varias cerrar.
Estas nos ofrecen más familiaridad y un ratillo de charla.
Un abrazo fuerte amiga.
Gracias Montse, María, Ambar y Rosario por estar y visitarme. Ja ja ja, estamos todas de acuerdo, volver a las fuentes. Cariños.
Vivo así, vivo en el campo y disfruto del tiempo, aunque mucho hemos perdido, pero me encanta aquel pasado, aunque viva el ahora. Un abrazo, Norma.
Julie me encanta que vivas en el campo, te felicito. Besos.
Norma, en mi barrio tengo la tienda de cuando me mudé, hace más de cuarenta años, ya casada y con los hijos chicos, las hijas ahora sucedieron a los padres, charlamos de todo cuando entro a comprar, si no tienen algo lo encargo, una maravilla, gracias por la nostalgia, en mi infancia compraba dulce de leche en papel, l00 grs. en la lechería! Un abrazo
Gracias María Cristina por estar. Besos.
Me has hecho recordar mis tiempos de niña, cuando mi madre me mandaba a la tienda a comprar patatas o cualquier otra cosa.
Conocías al tendero, le llamabas por su nombre, charlabas con él, y siempre tenía una palabra de cariño.
En aquél entonces, había mucha más comunicación y solidaridad también.
Hoy, con las grandes superficies, que han hecho de bomba aspirante con el pequeño comercio, nos hemos convertido en clientes anónimos, callados y, al paso que vamos,enmudeceremos.
Cariños y un fuerte abrazo.
Kasioles
Así es, mi querida Norma, ojalá pudiésemos volver a esos años, bien los recuerdo, las casas estaban abiertas y no como ahora que tenemos miedo de todos.Nos conocíamos, hablábamos éramos una gran familia.
Hoy todo se ha vuelto impersonal.
Te doy toda la razón.
Un buen post.
Gracias
Un besote
Sor.Cecilia
Gracias Kasioles, gracias Ceci. Besos y muchos.
Querida Norma, vivo en una comuna donde todavía es posible compartir con el "casero" del negocio, que vende las más ricas frutas. Los grandes Supermercados me quedan a cinco cuadras; pero cuando algo me falta y deseo elegir mi manzana, sin lugar a dudas voy donde "Pedrito".
Un abrazo inmenso para ti y ojalá que nunca mueran estos sitios que nos hacen personas, no simples números de un Sistema.
Gracias Taty por compartir mi post. Besos.
Hola Norma.
Paso a releerte, saludarte, desearte una buena semana y darte un abrazo.
Ambar.
Besos Ambar y buen finde
Hola Norma, no hace mucho escribí una crónica de lo mal que se pasa en estos mega-centros comerciales, y de todos sus inconvenientes. Cree que encontré muchos y de peso. A mí particularmente no me agradan nada.
Abogo poro comprar en los comercios de siempre los del barrio.
Un abrazo fuerte y cálido.
Gracias Montse por tu comentario. BEsos.
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