
He puesto una foto nuestra en Mardel, es la versión del hombre antes del cumple, luego se cambió el look (ya lo voy a mostrar). Ahora, bien, decí si no estoy con Facundo Cabral en la playa, ja, ja, ja.
Quiero compartir uno de los cuentitos que leí, es anónimo y espectacular, me sirvió de mucho. lo copié de Nuestra Vida Emocional de Buttera y Ré. Van haber otros...
El maestro, el niño y la hoja de papel
Mi carácter impulsivo, cuando era niño, me hacía hervir en cólera ante la menor provocación.
La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día, mi maestro, que me vio dando excusas, después de una explosión de ira, me llevó al salón, me entregó una hoja de papel lisa y me dijo:
-¡Estrújalo!
Asombrado, obedecí e hice con él una bolita.
-Ahora-me ordenó-, déjalo como estaba antes.
Por supuesto que no pude dejarlo como estaba. Por más que traté, el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.
-El corazón de las personas-me explicó el maestro- es como ese papel...La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como estas arrugas y esos pliegues.
Así aprendí a ser más comprensivo y más paciente.