domingo, 23 de noviembre de 2008

Tarde de Amor

(espero te guste)

... Volvíamos del parque, iluminado con la risa de los niños, con el trinar de los gorriones. Después de estar toda la tarde bajo el sol corriendo por los senderos, observando como los vendedores ambulantes trataban de colocar su producción semanal, como los perros jugaban con sus pares y con los dueños.
... Caía la tarde, todo se iba aquietando. Estábamos tan felices por los momentos compartidos.
... Llegamos a la casa, hicimos el amor... nunca olvidaré ese atardecer. Nos levantamos. Comimos pizza, luego, él se fue dejando su perfume en mi piel, entre las sábanas, en los ambientes.
... Aún lo estoy esperando.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Nube

Día claro, esplendoroso, azul.
Mes de setiembre. Mes de los brotes, de las flores, del polen volando en los brazos del viento. Mes de los juegos al aire libre, de las risas frescas y sin culpas.
El niño, Esteban se llama, corre feliz por la grana. Sus rizos negros caen sobre su cara radiante, llena de luz. Rostro de blanca pureza, con pecas traviesas que juegan una dulce inocencia.
Esteban corre detrás de su perra Nube, una collie blanca, enorme para el tamaño del niño. Cuánto amor hay entre ellos.
El brillo de los ojos de Nube muestra la alegría del afecto, de las caricias, de las travesuras que el niño le brinda.
Mes de setiembre, Nube corre, salta una zanja, cruza un puente, detrás, Esteban la sigue, la quiere alcanzar, le grita, le canta, la llama... Nube,... Nube. Esteban está cansado, cae rendido sobre la verde, fresca y blanda hierba. El cansancio le hace brotar lágrimas de sus ojos.
Nube al no ver a su dueño detrás, regresa. Lame el dulce rostro del pequeño como queriendo hacerle olvidar la extenuante corrida. Se coloca a su lado. Niño y perro se miran a los ojos, como si supieran que decirse con la mirada.
Nube se arrodilla sobre sus patas traseras, lo cual le permite al niño subirse sobre su lomo.
... Nube lleva de regreso a Esteban a su hogar.
Este cuento corto es de mi autoría, espero te guste

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Algo de Lidia di Consoli

YO QUISIERA…

Yo quisiera que mi espíritu
Sobreviva a mi cuerpo.
Que cuando este no exista
Vuele libre y sin puerto.

Que se integre a la enorme
Y misteriosa fuerza
Que sostiene a todo
El cosmos en movimiento

Como ente de luz
brillante y sin esfuerzo,
recorra latitudes
de tierras que no he visto;
de lunas y de soles,
de galaxias sin tiempo.

Que mi espíritu libre
Pueda llegar sin miedos
Hasta el más profundo
Abismo de lo eterno.

Que recoja en su luz
Las luces de otros tiempos,
Que se integre a destellos
De planetas o soles
Y recorra sabiendo
Cual fue su origen
Y fin. Que aprenda
Y crezca y siga
Siempre libre,
Aprendiendo….

Podría hundirse en el mar
Y visitar a seres
Ocultos en el azul
Profundo del océano;
Sobrevolar montañas
O remontar el cielo
Y seguir a las aves
Que emigran sobre desiertos.
Internarse en las verdes
Mansiones de silencio
De las selvas profundas,
Y empaparse en sus ecos.
Quisiera que mi espíritu
Guardara la memoria
De las cosas vividas
Y de los sentimientos.
Que se hiciera más sabio
Que supiera del dolor
De la pena, de alegría y de amores
Que pudiera, ya libre
De materia y de cuerpo,
Encontrar la razón
de la existencia humana.

Pudiera de esa forma
Quizás, nacer de nuevo,
en alguien más perfecto,
con la sabiduría
que lo impregne del Amor
que mueve el Universo.


Febrero del 2002

lunes, 10 de noviembre de 2008

Mirá la foto



La joven que aparece en la fotografía, tiene 17 años. Él, 26 años. Ella tenía 14 años cuando la vio el joven, quedó enamorado de la pequeña y le dijo a sus amigos,...con esa chica me voy a casar. Lo primero que hizo, se vino del campo, se buscó un buen trabajo y se puso manos a la obra para conquistar a la adolescente y a los padres que deberían autorizar el casamiento. Estuvieron un año de noviasgo y treinta y siete de casados. Él falleció joven. Ella lo sobrevivió 26 años. Hoy, están juntos.

Los que los conocimos sabemos que tuvieron 38 años de novios, que vivieron una verdadera historia de amor, y, dejaron dos hijas que mantienen siempre vivo ese amor.

Se casaron un 10 de noviembre de 1945, hoy, pasaron 63 años.

Te los presento, son mis padres.