Corría el mes de enero. Calor insoportable en la gran ciudad. Humedad tan alta como la temperatura. Todo pegajoso. El tránsito,… un caos. La gente nerviosa por demás.
El colectivo que empuja al taxi, el taxi que quiere trabajar,… las bicicletas y los motoqueros cruzan sin respetar semáforos, ni peatones.
En medio de la vorágine,… Beatriz.
“ ¡ Hola mamá, no sé que pensás vos, no aguanto más, estoy viajando a la costa, me tomo unos días. Cualquier cosa llámame al celular ! ” – le dice Beatriz a su madre desde su teléfono –
Claudio vivía en una ciudad costera, había nacido “ con las patas en el agua “, así se autodefinía. Hasta un mes atrás había sido personal jerárquico de una empresa importante. Muchos años ocupado, encerrado en una oficina despertaron su coraje, pidió retiro voluntario, y, se tomó un año sabático.
Enero, calor, la costa abarrotada de turistas. Beatriz no sentía ni calor, ni la gente, ni la lluvia repentina. La tenía muy clara, la gran ciudad la apabullaba, la estresaba…
Claudio salía de su casa, la ve, la sigue unos pasos…
“¡ Bomboncito!, ¿ adónde vas sin mí?... se anima él.
A Beatriz se le para el corazón, nunca había escuchado algo tan seductor. Se da vuelta…
“¿Decías?”… le dice ella.
“ Vamos a tomar sol”… balbucea, él, sorprendido de la respuesta de ella.
Beatriz hecha a reir, estaba en la calle, llovía,… y, Claudio la estaba invitando a tomar sol.
Ese fue el inicio de una larga relación. Noviazgo corto, convivencia de amor, matrimonio de armonía y no tanto, de progresar, de proyectar, de viajar.
Pasaron los años…
Otoño fresco. Claudio mira por la ventana, luego de muchas mudanzas, nuevamente habita en su amada costa.
Beatriz,… enfermó y partió.
Claudio piensa en el pasado, en lo vivido, en lo logrado. Está melancólico, observa caer las hojas secas en ese otoño fresco.
Piensa,… ¿Quién recogerá mi hoja seca cuando cuando caiga en el jardín de la eternidad?... Toma lápiz y papel y le escribe a su amada:
…Cuando naciste, se pararon los relojes.
…Cuando comenzaste a hablar, se abrieron las flores.
…Cuando entraste en mi corazón, los hombres se volvieron más buenos.
Te amo.
El colectivo que empuja al taxi, el taxi que quiere trabajar,… las bicicletas y los motoqueros cruzan sin respetar semáforos, ni peatones.
En medio de la vorágine,… Beatriz.
“ ¡ Hola mamá, no sé que pensás vos, no aguanto más, estoy viajando a la costa, me tomo unos días. Cualquier cosa llámame al celular ! ” – le dice Beatriz a su madre desde su teléfono –
Claudio vivía en una ciudad costera, había nacido “ con las patas en el agua “, así se autodefinía. Hasta un mes atrás había sido personal jerárquico de una empresa importante. Muchos años ocupado, encerrado en una oficina despertaron su coraje, pidió retiro voluntario, y, se tomó un año sabático.
Enero, calor, la costa abarrotada de turistas. Beatriz no sentía ni calor, ni la gente, ni la lluvia repentina. La tenía muy clara, la gran ciudad la apabullaba, la estresaba…
Claudio salía de su casa, la ve, la sigue unos pasos…
“¡ Bomboncito!, ¿ adónde vas sin mí?... se anima él.
A Beatriz se le para el corazón, nunca había escuchado algo tan seductor. Se da vuelta…
“¿Decías?”… le dice ella.
“ Vamos a tomar sol”… balbucea, él, sorprendido de la respuesta de ella.
Beatriz hecha a reir, estaba en la calle, llovía,… y, Claudio la estaba invitando a tomar sol.
Ese fue el inicio de una larga relación. Noviazgo corto, convivencia de amor, matrimonio de armonía y no tanto, de progresar, de proyectar, de viajar.
Pasaron los años…
Otoño fresco. Claudio mira por la ventana, luego de muchas mudanzas, nuevamente habita en su amada costa.
Beatriz,… enfermó y partió.
Claudio piensa en el pasado, en lo vivido, en lo logrado. Está melancólico, observa caer las hojas secas en ese otoño fresco.
Piensa,… ¿Quién recogerá mi hoja seca cuando cuando caiga en el jardín de la eternidad?... Toma lápiz y papel y le escribe a su amada:
…Cuando naciste, se pararon los relojes.
…Cuando comenzaste a hablar, se abrieron las flores.
…Cuando entraste en mi corazón, los hombres se volvieron más buenos.
Te amo.
3 comentarios:
Una hermosa historia.
El romanticismo para mi es un ingrediente esencial en el amor.
Un abrazo desde Valencia.Montserrat
Fantástico, al leer esos trozos escritos con el corazón una siente renovar en su interior esa llama que se prende rápidamente al tener cerca a la persona amada, sin pensar que nunca nos vamos a separar, no quiero pensar en ningún momento que algún día tenemos que partir y quedar uno solo.
Un abrazo por tu bien hacer y regalarnos esas cosas tan maravillosas.
Higorca
Gracias chicas, soy de las que piensa que el amor lo puede todo, lo da todo. Y, que, cuando nos mudemos al barrio del otro lado de las estrellas vendrán nuestros seres amados, que ya se habían mudados, a darnos la bienvenida y a acompañarnos hacia la Luz Celestial.
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