jueves, 5 de noviembre de 2009

Huellas



Vivimos, caminamos y en el andar dejamos una huella.
El tiempo transcurrido, las vivencias, las alegrías,
todo eso y mucho más, ... nos marcan.
Crecemos, según vivimos.
Amamos, cuánto más sufrimos.
Damos, cuánto menos egoísta seamos.
¿Necesitamos dejar una huella?
La huella siempre está.
Está cada día, entre tus cosas,
tus amigos, tu compañero de cuarto,
en el trabajo, en los juegos, en las charlas.
Tu huella está en los que te necesitan.
En los que, simplemente, son felices cuando escuchan
tu voz, tu risa, tu canto.
Llegó el día en que concluyó una etapa de mi vida.
Dejé mi espacio en el trabajo, para gente joven.
Dicen que todos somos totalmente reemplazables.
Pero, la huella no se pierde.
Quedará el aroma del buen nombre.
Quedará el aroma de la responsabilidad,
del compromiso, de la ética y del profesionalismo.
Una vez leí, que ...
Cuando se presenten momentos difíciles,
... el Señor nos llevará entre sus brazos,
para suavizar nuestros pesares.
Ya no serán nuestras las huellas,
serán las huellas del Señor, que, .... por amor,
... nos regala el placer del abrazo,
... nos cobija en su regazo.




Te gusta?, es parte de un escrito en mi libro "Terra". Data del 2007. Espero te guste

8 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Buenos días Norma:
En España son casi las 8 de la mañana.
Los que tenemos Fe, ante las dificutades nos entregamos a las manos de Dios.El nos da fuerza para continuar.
Gracias por esta bonita entrada.
Un beso.

MIGUEL NONAY dijo...

Hola Norma, precioso escrito, es un lujo como escribes y como expresas.
Gracias también por tu comentario tan amable y generoso en mi blog.
Se que cuento con tu apoyo y con muchos amigos y amigas en ese hemisferio que con tanto cariño recuerdo de mi pasó por Argentina.
Besitos y feliz fin de, amiga.
Miguel Nonay
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www.asaltodemata.com

Norma dijo...

Gracias Montse por tus palabras. Un abrazo de osita.

Norma dijo...

Gracias Miguel, eres muy generoso con tus escritos, como a Montse te mando un abrazo de osita ( porque soy diminuta, je je je)

Norma Cristina dijo...

Y tu huella quedó en tantos y tantos jóvenes, hombres y mujeres, ya maduros, que pasaron por tus clases y libaron del néctar de tu ciencia y de tu espíritu...! Y yo digo: Bienaventurados los que, sin esperar nada, pasan por la vida sembrando valores, abriendo las mentes, despertando avidez por el conocimiento,dando testimonio de fe y amor a Dios y al prójimo...
Para cerrar:¿sabés todos los exalumnos que desfilan por la escuela, preguntando por la profesora Soriano y recordando las más simpáticas de las anécdotas?
Besos. Norma Cristina

Norma dijo...

Gracias Norma. Besos.

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Huellas, huellas en el camino de la vida, huellas que nos llevan, despacio a los lugares más lejanos y ¿Porqué no? a todos aquellos que tenemos cerca, tú querida amiga has dejado muchas huellas por este mundo de color azul, has tenido suerte de rodearte de tantos y tantas personas que han crecido a tu lado, esas son las mejores huellas que puedas ir dejando, las tienes prendidas en cada uno de sus corazones.
Enhorabuena por dejar tantas y haber llegado hasta tan lejos. Besossssssssssssssssssssssssss

Norma dijo...

Gracias Higor, eres muy generosa. Te cuento que mientras cumplía con esa misión (la de enseñar, la de dar todo lo que sabía), fui muy feliz. Cada clase además de conocimientos, razonamiento y trasmisión de valores, era, una alegría. Siempre traté de qie reinara la armonía, siempre tenía un chiste ameno o si algún alumno hacía uno, o festejábamos todos. Y si alguien fracasaba en el intento de aprobar, bueno, nos poníamos ambos a trabajar. Hoy, esos hombres y mujeres se siguen acordando de mis clases. Y si voy por la calle, es seguro que tardo más de la cuenta, porque me encontré con alguno. Beos y muchos.