miércoles, 2 de diciembre de 2009

Expresión de un deseo (2da entrega)

...podría ser un cuento
...podría ser un sueño
...podría ser la vida
Damián sentado frente al mar, no dejaba de recordar su vida en Buenos Aires. Cuántas expresiones de deseos venían a él, …¿era la distancia?, …¿era la soledad?, …simplemente, era lo que había ido a buscar, saber quién era, para qué había venido al mundo.
Había crecido con un padre ausente, sus padres se habían separado cuando tenía apenas dos años, y, los desacuerdos legales de la pareja produjo un distanciamiento. A los 10 años, visitó a su padre, pasó sus vacaciones con él y su esposa. Cuán felices habían sido esos dos meses.
Ambos se mudaron, incomunicación de por medio, cada uno continúo su vida.
Damián tenía 30 años, era un hombre hecho y derecho. Tuvo varios empleos, donde más trabajó fue por 7 años, con ello mantenía a su hijo. Como sus padres, también se había separado, aunque se prometió a sí mismo, que, estuviese donde estuviese siempre estaría conectado con Benjamín, su hijo.
La crisis del país lo afectó, cayó en una gran depresión. Su hermana, Mariela, que se había ido a probar suerte a México, era una chef internacional. Esta idea lo tentó y se fue a probar suerte a Brasil.
Vivía al día, apenas le alcanzaba para pagar su comida y su alquiler.
Damián lo tenía decidido, por información que le había llegado, un sábado por la mañana marcó un número de teléfono. Del otro lado, una voz, allí estaba su padre.
¡Cuánto había deseado ese momento! Lo que más deseaba se estaba haciendo realidad.
El encuentro telefónico fue efusivo, más emotivo lo fue cuando se encontraron, se vieron y se hablaron por la Webcam.
“Nunca me hicieron faltar nada, ni mamá, ni Miguel (la pareja de su madre), pero yo quería a mi papá”._ le dijo Damián al padre.
¡Bendita tecnología!, que permites que dos que se aman puedan seguir conectado.
Cada uno planteó sus interrogantes, sus necesidades, sus pedidos.
Damián con mucha vergüenza le planteó su padecimiento, a lo cual, en forma inmediata el padre se puso a su disposición en forma económica, afectiva o como fuere. No quería volver a perder a su hijo.

3 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Me gusta mucho la forma en que narrás Norma. Excelente relato.
Cariños!

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

PRECIOSO Y EMOTIVO EL ENCUENTRO DE PADRE E HIJO.

BESOS. MONTSERRAT

Norma dijo...

Gracias Sol.
Gracis Montse.
Besossssssssssssssssss