lunes, 24 de febrero de 2014

Cuando parten los afectos


Suena el teléfono, suena el teléfono, nadie atiende.
Tampoco responde el contestador.
¿Qué raro?, la tía siempre está.
Llamo a mi primo que vive al lado de mi tía.
Nadie atiende, ¿estarán de vacaciones?
Opto por llamar a mi otro primo, vive en el fondo de la tía.
_ ¡Hola! ¿Quién es?, dice la mujer de mi primo.
_ Soy Norma, ¿cómo están?
_ ¡Ah, Normita!, qué suerte que llamaste.
_ Te llamé, porque me quiero comunicar con mi tía y nadie atiende. ¿ Le pasó algo?
_ ¿ Cómo, no te enteraste?.  Ella está bien, está en un hogar de ancianos. El problema es Carlitos.
_ ¿Qué pasó con Carlitos?
_ Falleció el 12 de noviembre pasado.
_ ¿Qué?, ¿cómo?......(llantos)
_ Fue todo muy rápido, se fue de un ataque al corazón, yo estaba tan bloqueada que los chicos se ocuparon de todo y nos olvidamos de avisar a mucha gente.


El relato, me pasó a mí, mi querido primo hermano había partido y no me pude despedir. Seguro que también algo parecido te habrá pasado alguna vez. Plasmé el relato, simplemente, para homenajear y despedir a un buen hombre.
Pasa la vida, nos vamos haciendo grande, nuestros afectos se van mudando al barrio del otro lado de las estrellas, cada vez somos menos. La partida se siente, la ausencia también. Nuestra FE nos hace creer en el reencuentro y en la protección de ellos desde allá.
Por eso, vivamos día a día en paz, en armonía, dando, dando, dando, agradeciendo, agradeciendo, agradeciendo.  Olvidemos el pasado, los rencores , los odios, tengamos grandeza espiritual para perdonar y serenidad para aceptar lo que no podamos cambiar, seguro que el Creador nos regalará un día más.

13 comentarios:

Mario dijo...

Hola Norma, siento lo de tu primo. Esos sustos los hemos tenido todos unas cuantas veces en la vida. Demuestras mucha fe. Es lo único que nos sotiene en esos momentos. Saludos.

Norma dijo...

Gracias Mario. Cariños.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Bueno Norma, te llevarías un gran disgusto. Veo que cada vez tenemos menos relación con la familia, cada uno va a su bola y nos olvidamos un poco. Mira, los padres son los que mantienen la familia unida, cuando faltan los hijos escampan y van a lo suyo.
Te dejo un beso.
Sor.Cecilia

Norma dijo...

Gracias Ceci. Besos.

alp dijo...

Por desgracia nos vamos haciendo mayores...y esas cosas pasan..un abarzo desde Murcia...lo siento mucho...

Norma dijo...

Gracias y cariños alp.

Lola dijo...

Si Norma, alguna vez me sucedió lo mismo, y no es que se olvidaran de mí, es que al estar de viaje nadie quiso avisarme, es normal si no podía regresar para el entierro, da pena que personas que quieres desaparezcan y no puedas despedirte de ellas, solo si recordar ayuda… recordemos. Un abrazo.

Norma dijo...

Muchas gracias Lla, besos.

María Bote dijo...

Bello y entrañable tu texto, amiga; producto de un alma sensible y buena con la que me identifico profundamente. Me he emocionado porque, en efecto, a estas alturas de la vida, ya nos toca vivir con frecuencia lo que describes: el adios de los afectos. La FE, nos salva de la desesperación.

Mi pesar y oración lor la partida inesperada de tu primo. Un abrazo grande

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Paso a dejarte un beso de ternura
Sor.Cecilia

Norma dijo...

Gracias Ceci, igualmente para tí.

Tatiana Aguilera dijo...

Norma querida: Son los tiempos que vivimos, es la rapidez, es la tecnología, que nos hace olvidar las visitas a los familiares, además, en parte tiene razón Cecilia, porque son los padres los que forman el amor familiar; pero si han sabido unir los afectos, estos se mantendrán en el tiempo.
Perdona por no visitarte antes, sucede que me encontraba de vacaciones y recién estoy revisando mi blog.
Abrazos siempre.

Norma dijo...

Gracias Taty por tu tirmpo, cariños.