martes, 12 de octubre de 2010

Cuento y reflexión

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que, una noche, caminaba por las oscuras calles, llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna.
En determinado momento, se encontró con un amigo.
El amigo lo miró y, de pronto, lo reconoció.
Se dio cuenta que era Guno, el ciego del pueblo.
Entonces, le dijo:
-¿Qué haces, Guno, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
El ciego le respondió:
-Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí...

(anónimo)


Este cuento se presta a múltiples reflexiones. Está muy bien planteado, el ciego no necesita a sus ojos para ver. Él posee luz propia, aunque todos sepamos que la pérdida del sentido de la vista es terrible.
Leyendo y releyendo el cuento, y otros libros, me permití una reflexión, más bien una pregunta.
...Si erradicáramos de nuestras vidas la envidia, el odio, los celos, la belicosidad, la culpa, la malicie, la falta de grandeza, ¿no seríamos como el ciego, que no necesita una luz para ver?...

6 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

HOLA QUERIDA AMIGA.

ESTA BELLA HISTORIA, PARA REFLEXIONARLA MUCHÍSIMO.

CUANTAS PERSONAS CON MINUSVALÍAS FÍSICAS NOS DAN UN EJEMPLO DE LUZ Y VOLUNTAD.

UN ABRAZO Y MIL GRACIAS POR SER MI AMIGA, Montserrat

Mabel dijo...

Hola Normita
No te quepa la menor duda que sería así, porque no es ciego el que no ve , sino el que no quiere ver, dice el refrán y en este caso cae como un traje a medida.
En el Día de las Razas, un abrazo muy fuerte.

Sil dijo...

Hermoso , en verdad Hermoso.
Norma por favor pasá por Letras a retirar algo que hice con mucho amor para vos también =)

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Claro que sí Norma!!, el ciego sabe el camino de menoria, lo aprendió con caídas y ahora sus caídas hacen de camino para otros.
Pero no por ello la humanidad aprende. Sino recordemos la cita del Epulón y el pobre. Epulón se consumía en el fuego y pide que vayan a avisar a su familia para que sean buenos y evitarles ese tormento. Abrahan le contesta;: Ya tuvieron profetas y los mataron ni que resicite un muerto cambiarían. En sintesis es esto. Mi camino si tú no deseas cambiar no lo verás.
Con ternura
Sor.cecilia

Anónimo dijo...

Sí.
Al ciego se le despiertan otros sentidos, mucho más sútiles.



Gracias.

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Ciegooooooooooooooo ¡no es ciego el que no ve! Si no aquel que teniendo vista no quiere ver. Esta frase no es de nadie, es mía y poca importancia tiene, conozco mucha gente que tiene una vista perfecta y en cambio esta ciega de tantos defectos como tiene, en cambio también tengo amigos invidentes, con una visión amplia de amistad, de cariño, de ilusiones, de amar por encima de todo. Reflexión ante tu bonita entrada y besos mil querida amiga