Imposible no quererlos

Ayer, 14 de abril, cumplió años Norma Cristina, mi amiga de hace 46 años. Cada una asistió a los eventos más importantes en la vida de la otra.
Recuerdo, ella ya casada con dos hermosos hijos, me recibían con alegría, con los brazos bien abiertos para escuchar las anécdotas de mi último viaje. Claro, yo era soltera, sin compromiso más que trabajar y conocer nuevos destinos turísticos.
Carlitos, su compañero, partió joven, hace dos años. Era un capo en todo sentido, ...hombre, ...esposo, ...padre, ...amigo. Siempre tenía un chiste a flor de labios, listo para hacerte reir, para sacarte la mufa. Él, sí, te hacía olvidar los problemas.
Ayer, fue una fiesta.
Llovía a cántaros, ideal para mate y tortas, pedí un remise, en veinte minutos estaba tocando el timbre de su casa. Sale Norma con un enorme y bello paraguas italiano, acompañada de sus dos mascotas "Mora" y "Chulengo".
Qué bien me siento al entrar a esa casa, hay tanto calor humano, tanto amor, tanta alegría canina.
El combo recién se completó cuando vino Aída, la mamá de Norma, con "Greta," una caniche blanca que parecía de juguete.
Nunca vi perros tan cariñosos.
Mora es la más independiente, te recibe, te hace unos mimos y se retira a su almohadón predilecto.
Greta, es la más pequeña, la querubina, esto da una niña con collar de piedritas de color anaranjado, buen contraste con su pelo blanco enrulado y sus ojos de asombro, color oscuro.
Chulengo, es el varón, flaco, tipo galgo. Pelaje cortito negro y marrón. Es como esos altos que no saben donde poner sus miembros. Simpático, carsiñoso, dependiente, pedigüeño de mimos, besuquero.
Realmente, imposible no quererlos.
Aída, joven mujer de 80 años, como siempre decimos, ...egresada universitaria cursando un postgrado en metafísica. Verdadera maestra espiritual, personalmente a su lado me siento entrando a un jardín maternal. Tengo tanto para aprender, tanto que recorrer.
Norma, ...sus hijos trabajando, excelente persona, de una calidez humana increíble, leal, capaz, honesta, magnífica docente, fácilmente querible, fiel a sus principios y a sus tradiciones. Por sobre todo buena amiga, siempre atenta, siempre presente en momentos alegres, difíciles y /o tristes.
Todos en esa casa tiene "el don de gente", evidentemente la semilla del amor ha dado y da sus frutos. Es lo que respirás ni bien cruzás el umbral de la puerta.
Imposible no quererlos.