miércoles, 23 de julio de 2008

Mano anónima de Dios

Hoy tuve un regalo, y, quiero compartirlo con vos.

Voy a un laboratorio a hacerme controles de rutina, caminando despreocupada veo un rostro, me resulta conocido. Claro, uno ha conocido a tanta gente, ha visto tantos rostros, más en la docencia (compañeros, directivos, alumnos, padres, etc).

Me siento, y esa persona se me acerca y me llama por mi nombre y apellido, ahí, la reconozco. Éramos amigas en la infancia, vivíamos una enfrente de la otra, Hacía fácil 35 años que no la veía,...o tal vez más.

Nos abrazamos y la emoción nos inundó el alma. Sentir ese cariño que sentíamos en nuestras miradas, sentir que el tiempo no había pasado, cada una con su vida, cada una con sus profesiones.

La alegría, las emociones, el mirarnos hacían que sobraran las palabras.

Como no creo en la casualidad, hoy fuímos las dos bendecidas por la mano de Dios.

No hay comentarios: